There Are Meat People  ©2021 by Alice Walker

Hay Personas De Carne
 

Book Cover: The Dead Are Arising by Les Payne and his daughter, Tamara Payne

There Are Meat People  ©2021 by Alice Walker

There are meat people, who seem to be only exactly what you see: a body; and there are others who inhabit a body but that is not nearly the end of it. These beings are often noticeably different and we look on them in wonder.  As in: I wonder what made this being do so and so.  Usually something that strikes us as weird or impossible.  Malcolm X was such a being. Driven by a spirit, ancient, even mythological, that would permit him no rest as he struggled toward its evolution, endlessly occurring.

The Dead Are Arising by Les Payne and his daughter, Tamara Payne, is an essential study into the life of a man who was a puzzle to many during his lifetime, and even more of one after his assassination in 1965.  The year I graduated from college.  My own involvement in the struggle to free black people at that time was taking place primarily under the auspices of the Civil Rights Movement in the South.  (I dedicated my novel of that period, Meridian, partly to John Lewis).  A battle so intense and heart rending that I was confused and hurt by Malcolm’s disparagement of our suffering. His actual mockery of it.  Nor did I understand how he refused to comprehend why some of us would date and later marry interracially.  It was against the law, just as eating in a “white” restaurant was or enrolling in a “white” medical school.  How absurd it felt that he and many black people managed to miss that.  Or to totally ignore, or disparage, what it took to face the consequences.

Ironically, Malcolm himself dated white girls almost exclusively as a young man in Michigan, and later, Boston, and chose his black wife, Betty Shabazz, she of great character, beauty, and integrity, in a decidedly uninspired way.  Showing photos to a friend of two possible black women he might marry, he chose Betty.

This book is a deep study into someone we, black people for the most part, but not only black, admire and love. We love Malcolm’s fierceness as a warrior for black liberation, his determined moral sense of right and wrong, once he ceased being a criminal.  Finally, we love the lessons of his journey; one of which is to double down on educating our children to think critically about all doctrines of uplift that depend on one leader to do all the thinking while the followers pay all the bills.

There are endless surprises in this book.  Writing it was clearly a labor of love.  That Les Payne died shortly before his and his daughter’s offering was presented to us is extremely meaningful to me.  This is another example of some of our people’s dogged insistence on comprehending the rules, especially the hidden and hobbling ones, and still giving everything, to the last breath – in service to our children’s future – to finish the race:  the race to achieve ultimate fulfillment of the spirit that lives beyond the meat.

 

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Hay Personas De Carne   ©2021 Alice Walker

Hay personas de carne, que parecen ser exactamente solo lo que usted ve: un cuerpo; y hay otros que habitan un cuerpo, pero lo cual no es ni con mucho el todo de ellos. Estos seres son a menudo perceptiblemente diferentes y los miramos con asombro. Como diciendo: Me pregunto qué llevó a este ser a realizar tal o cual cosa. Generalmente algo que nos impacta como raro o imposible. Malcolm X era este tipo de ser. Lo impulsaba un espíritu, antiguo, incluso mitológico, que no le daba eposo mientras él luchaba hacia la evolución de aquel, lo que ocurría incesantemente.

The Dead Are Arising (Los muertos se están levantando) de Les Payne y su hija, Tamara Payne, es un estudio fundamental de la vida de un hombre que fue un enigma para muchos durante su vida, y todavía más después de su asesinato en 1965. Fue el año en que me gradué de la universidad. Mi propio involucramiento en la lucha por liberar a las personas negras en aquel tiempo ocurría principalmente bajo los auspicios del Movimiento de los Derechos Civiles en el Sur. (Dediqué mi novela de ese período, Meridian, en parte a John Lewis). Era una lucha tan intensa y tan angustiosa que me sentí confundida y herida por el desprecio de Malcolm hacia nuestro sufrimiento. Por su modo de diculizarla. Ni podía comprender por qué rehusaba entender que algunos de nosotros saliéramos como parejas y luego nos casáramos de modo interracial. Iba en contra de la ley, tal como lo era comer en un restaurante para blancos o matricularse en una escuela de medicina de blancos. arecía absurdo que él y muchos otros negros pasaran eso por alto. O que totalmente ignoraran, menospreciaran, lo que implicaba arrostrar las consecuencias.

Irónicamente, el propio Malcolm salía casi exclusivamente con muchachas blancas cuando joven en Michigan, y escogió a su esposa negra, Betty Shabazz, mujer de gran carácter, belleza, e integridad, de una manera nada inspirada. Mostrándole fotos a un amigo de dos negras con las que posiblemente podría casarse, escogió a Betty.

Este libro es un profundo estudio sobre alguien a quien, nosotros, las personas negras mayormente, aunque no solamente los negros, admiramos y queremos. Adoramos la fiereza de Malcolm como un guerrero por la liberación negra, su decidido sentido moral de lo correcto y lo erróneo, una vez que dejó de ser un delincuente. Por último, apreciamos las lecciones de su trayectoria; una de las cuales es esforzarnos enérgicamente en educar a nuestros niños a pensar críticamente en todas las doctrinas de exaltación que dependen de un líder que lo piense todo mientras las multitudes solo pagan las facturas.

Hay interminables sorpresas en este libro. Escribirlo fue evidentemente una obra de amor. Que Les Payne muriera poco antes de que la creación de él y de su hija saliera a la luz me resulta extremadamente significativo. Este es otro ejemplo de la obstinada insistencia de nuestra gente por comprender las reglas, especialmente aquellas ocultas y que encadenan, y aun así darlo todo, hasta el último aliento, en beneficio del futuro de nuestros hijos, por terminar la carrera: la carrera de conseguir la realización final del espíritu que vive más allá de la carne.

 

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