Michael Jackson Gives A Talk

Michael Jackson Gives a Talk
©2015 by Alice Walker
At the oddest times
Sometimes in the middle
Of the night
I hear Michael Jackson’s voice,
The one you only hear
On YouTube: They don’t care
About us, he is saying.
And repeats: They don’t care
About us.
He delivers a lecture
Who knew he even
Understood
Talking about the old music men
Who sang and played
Their weary hearts
Out
And died penniless
While the record companies
Made zillions of dollars.
Oh Michael, we cannot forget
How you disappeared
From us
Behind a fake face
That someone sketched
For you
While you were
In another world. A world of dream
And fear and doubt.
Nowhere near as beautiful
As the face
With which you were born!
We were in shock.
Did anyone get close enough
To tell you that?
That all up and down
The disappearing world
We mourned.
Africa sent up a huge cry
Of desolation.
Women and young men on every continent
Were frightened
Of the message
To erase.
Children, those little ones
You loved so much
Huddled together
In dread;
Disoriented for life
By your betrayal.
What must they be,
What could they become,
If not
Themselves?
That was the moment
You died
For many of us. Youngsters
And Oldsters
Alike.
We loved you so much
Michael
And we thought we understood
The demons chasing you.
We had outrun (or not)
So many close demons
Of our own.
You were murdered
By envy, Michael.
Even as the clown
They made you look
You were loved
For grace and kindness
And a nimbleness
That verged on magic.
That was enchantment
That was magic.
I want the coming
Michael Jackson
(Michael Jacksons are always coming;
we are collectively made of them)
to stay home in whatever
community
he is born;
I want the rest of us
Surrounding him from birth
with love and delight
To be the ones
Who care
About us.
***
Michael Jackson hace una charla
©2015 Alice Walker
En los instantes más raros
a veces en medio
de la noche
oigo la voz de Michael Jackson
esa que solo se oye
en YouTube: Ellos no se preocupan
por nosotros.
Él hace una charla.
Quién sabe si incluso
comprendió
hablando de los viejos músicos
que cantaban y tocaban
echando sus cansados
corazones
y murieron sin un centavo
mientras las compañías de discos
hicieron millones de dólares.
Ay, Michael, no podemos olvidar
de qué modo desapareciste
de nosotros
detrás de un rostro falso
que alguien diseñó
para ti
mientras tú estabas
en otro mundo. Uno de sueños
miedos y dudas.
¡Nada cercanamente tan bello
como el rostro
con que naciste!
Estábamos anonadados.
¿Alguien se acercó lo suficiente
para decírtelo?
Que por todas partes
del mundo en desaparición
lo lamentamos.
África envió un enorme grito
de desolación.
Mujeres y jóvenes de cada continente
estaban aterrorizados
con el mensaje
a borrar.
Los niños, esos pequeños
a quienes tanto amabas,
se apiñaban
en terror.
Desorientados de por vida
por tu traición.
¿Qué deben ser,
en qué deben convertirse
sino en sí mismos?
Fue ese el momento
en que moriste
para muchos de nosotros. Jóvenes
y viejos
por igual.
Te amábamos tanto
Michael
y pensábamos que entendíamos
los demonios que te acosaban.
Teníamos que echar (o no)
tantos demonios cercanos
propios.
Fuiste asesinado
por la envidia, Michael.
Aun como el payaso
que te hicieron parecer
eras amado
por la gracia y la bondad
y una destreza
que rayaba en la magia.
Que era encanto.
Que era magia.
Quiero que el Michael Jackson
que venga
(Michaels Jacksons siempre están viniendo,
en conjunto estamos hechos de ellos)
permanezca en casa cualquiera que sea
la comunidad
en que nazca.
Quiero que nosotros
que lo rodeamos de nacimiento
con amor y gozo
seamos aquellos
que cuidemos
de nosotros.
